La instalación de proyectores suele ser una solución ideal para presentar imágenes de gran tamaño, la elección del proyector resulta clave para generar una buena experiencia en los distintos espacios donde se utiliza, como es común, el éxito de una buena presentación está en los detalles. Sea cual sea la aplicación, tenemos algo claro, se espera que todos los asistentes puedan distinguir todo el contenido que se proyecta sin cansarse.
El proyector de video, por algunos conocido como cañón debido a que los antiguos modelos tenían un cilindro en el lente, es el elemento principal de un sistema de video-proyección, es un equipo electrónico que permite ampliar una imagen o video en forma de haz de luz utilizando una fuente de luz, arreglos de cristales, lentes y otros componentes que descomponen la luz blanca en colores.
El complemento en el sistema es la superficie de proyección, una superficie plana capaz de reflejar el haz de luz que emite el proyector, ambos elementos contribuyen a la calidad de la imagen, a veces no tenemos la consciencia de que no vemos el haz de luz del proyector sino su reflejo en una superficie.
Típicamente esta superficie de proyección es una tela con tratamiento, conocida como pantalla de proyección, aunque también se logran buenos resultados proyectando directamente sobre muros, incluso hay películas para cristales que permiten la proyección sobre ellos.
El primer paso en la elección de cómo presentaremos grandes imágenes consiste en decidir entre un proyector y una o varias pantallas, un videowall. No siempre es una decisión sencilla depende del espacio, la aplicación, la dinámica de uso entre otros factores. Nosotros recomendamos el uso de proyectores en los siguientes casos:
En la instalación de proyectores una característica importante es la relación de tiro, pues este determina la ubicación del proyector y el tamaño de la imagen que podemos obtener, esta propiedad es la relación que existe entre la distancia del lente a la superficie de reflexión y el ancho de pantalla que podemos obtener. Algunos proyectores permiten cambio de lentes para aumentar o disminuir esta relación, esta condición ayuda a clasificar los proyectores según su tiro de proyección:
Son los proyectores más comunes que proyectan una imagen razonable entre 4 y 12 metros de distancia, el haz de luz se dispara de manera horizontal, normalmente los proyectores se deben ubicar al centro de la imagen o al nivel que el límite superior de la imagen, si no se realiza así se debe ajustar la geometría de la proyección, deformando la imagen nativa, pero entregando una imagen encuadrada a los espectadores.
Son proyectores con lentes que permiten generar imágenes grandes a cortas distancias, el haz de luz se emite de manera horizontal entre 1.5 m y 4 m, su colocación mayormente es al nivel superior de la imagen.
Proyectores que normalmente poseen una reflexión interna del haz de luz que lanzan su haz de luz de manera inclinada hacia abajo, por lo que la distancia del lente hacia la superficie de proyección suele ser menor a un metro, sin embargo, estos proyectores deben ser instalados muy por encima de la imagen.
Los proyectores más básicos tienen fija su óptica mientras que los equipos más robustos permiten el intercambio de lentes para adaptarse a las necesidades de tiro. No sólo la posición es un factor para elegir la relación de tiro, sino también el hecho de que si habrá alguien explicando la presentación se desea que no le lastime los ojos mientras esté al frente.
La resolución es la cantidad de puntos, píxeles, que puede proyectarse en una imagen, entre más píxeles existan podemos ver mayores detalles de la imagen. A mayor resolución más costo del proyector, por lo que el análisis de en este punto es cómo asegurar una mejor relación costo -beneficio de la inversión a realizar, cuanto podemos permitirnos ahorrar sin demeritar la calidad de la imagen o hasta cuánto debemos invertir sin que el equipo resulte desperdiciado.
Esto depende en gran medida del contenido que se va a presentar. Los proyectores son capaces de procesar distintas resoluciones, por lo que debemos centrarnos en cuál es su resolución nativa, que es determinada por sus componentes físicos. No cabe duda de que en proyección de películas entre más resolución mejor y el límite suele ser nuestro presupuesto, hay proyector con resoluciones 4K nativas que son verdaderamente un lujo muy exquisito.
Pero no pasa así en ambientes escolares o de trabajo, donde se suelen presentar diapositivas con letras muy grandes y donde la imagen suele ser un complemento, en estos casos una imagen WXGA suele ser suficiente para una proyección decente, no se sugiere menor a esta. Cuando la proyección de trabajo exige más detalle porque ya no solo presentamos una diapositiva, sino que estaremos analizando tablas, planos, diagramas, radiografías se recomienda que el proyector tenga resolución nativa de WUXGA, para que los detalles no se pierdan, si queremos estar a la altura de la evolución tecnológica de los equipos de cómputo esta resolución es también una buena alternativa.
La cantidad de luz que puede emitir un proyector es directamente proporcional a la que podemos ver reflejada, en lugares muy iluminados poco brillo de la imagen haría difícil distinguir los elementos de esta. Por eso, durante la instalación de proyectores, el brillo es importante sea acorde a las condiciones lumínicas del lugar, cuando tengamos oportunidad de oscurecer podemos elegir proyectores con menor brillo. Entre más iluminación busquemos que el proyector tenga más lúmenes como característica.
Existen distintas tecnologías en cuanto a la fuente de luz que será descompuesta en colores y formará la imagen, las más comunes son lámpara incandescente, LED y láser. La recomendación por excelencia será elegir proyectores con fuente de luz láser, dura más tiempo que 3 lámparas, conserva su brillo y ofrece mayor flujo luminoso, si el presupuesto es una limitante la opción sería un proyector de lámpara. Los proyectores LED son una excelente alternativa cuando no queremos limitarnos a un proyector de lámpara; aunque no tan comunes, hay muy buenas opciones en el mercado.
Por último, pero no menos importante, es la manera en que el proyector descompone la luz de la lámpara y la transforma en un haz luminoso con la imagen. No entraremos en detalles técnicos, pero vale la pena conocer las ventajas y desventajas de las dos tecnologías más comunes 3LCD y DLP:
Invitamos a conocer tu espacio para sugerirte la opción que conviene a tus necesidades y presupuestos, el equipo Dáxel está capacitado para asesorarte sobre cuál es tu mejor alternativa, dándote el apoyo para su implementación, desde suministro, instalación, mantenimiento y configuración. ¡Escríbenos o llámanos, tenemos la solución!